El 18 de marzo de 1996, el diario Baleares, de Palma de Mallorca publica este articulo mío en el que narraba alguna anecdota ocurrida por aquellos entonces en mi pueblo.
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Mis queridos y queridas lectoras y lectores. Acasbo de regresar del pueblo donde he pasado las fiestas navideñas y de año nuevo entre mi cuasi irremediable soledad y las acostumbradas ionvitaciones de los familiares que tengo alli.Debo decirles que, todo, seguía inmutable y en su sitio.
Entre otras cosas, la calle, vecina de la plaza mayor del municipio, todavía lleva el nombre de < carrer del General Franco>; asi en vernáculo nuestro para mayor burla y afrenta. Me contaron los concejales de la oposición - que son del P.S.M. y, por lo tanto, nacionalistas de Mallorca, y , no digamos contrarios al franquismo - que ellos , habían pedido la sustitución del nombre de aquel dictador ferrolano que, sólo veía rojos,masones y separatistas; pero que el señor alcalde les había contestado que él, por tener la mayoría en el consistorio , pensaba y decidía lo contrario. Asi que mientras no haya cambio ( de alcalde se entiende) mis convecinos y convecinas tendran al general Franco por muchos años en letras de molde.
Tras poner un poco de orden en mi casa que bien lo necesitaba, asistir - como creyente practicante que soy - a los cultos de la iglesia, donde el cura continua tan obstinado en decirme la misa en mallorquin gonella ( prengué la copa amb vi o el Senyor sigui amb voltros entre algún que otro ejemplo) y desde luego saltandose, los domingos, el credo a la torera. Asistir igualmente , igualmente a la presentación del último libro de poesias de mi paisano Pere Colom.
El jueves de la semana anterior estuve presente en la sesión plenaria de las Casas de la Villa a la que también acudieron algunos militantes o afiliados socialistas, el presidente local del P.P. y otro colega de nuestro oficio.
Debo decirles a todos ustedes que para ir a las casas consistoriales de mi pueblo - las cuales siglos atrás y soberbia aparte eran un viejo caserón propiedad de mis antepasados -no necesito recorrer ningún kilómetro de distancia ni tan siquiera diez metros de anchura. Conozco bien el lugar y él me conoce a mi, hasta el punto de saber si salgo, o no, a la calle con la camisa y los pantalones remendados o si he contraído una o dos mujeres para la limpieza de la vivienda.
Así que nada más cerrar mi portal, puede decirse que estoy casi co un pié dentro de la casa común de todos mis convecinos ( que lo es por lo menos en teoría, pues la verdad, no sé si ésta es la opinión de mi actual alcalde).
Del contenido de la sesión, no pienso cansarles contándoles la aprobación o desaprobación de tal o cual obra de particulares. Me congratulo con la oposición - como nacionalista y pancatalanista que me honro en ser - que se aprobara poner en marcha la normalización linguistica en las actas y documentos escritos de la corporación municipal.
Lo celebro de verdad con toda mi alma . aujnque noté que, para mi alcalde y los concejales del partido mayoritario, no había demasiado entusiasmo. Yo creo, sin duda, que de haberse tratado de las aceitunas o de los algarrobos del Hoyo, otro gallo hubiese cantado por supuesto.
Lo que pienso que ustedes deben saber es que hasta aquel - 4 de enero de 1996 - el señor alcalde, presidente del Ayuntamiento de mi querido pueblo ignoraba la existencia de " Noves Generacions". Tuvo que explicárselo el teniente de alcalde que es de su mismo grupo en el transcurso de los ruegos y preguntas.
En 1996 era alcalde del municipio de Fornalutx Jordi Arbona Vicens, del Parttido Popular que lo era desde las elecciones municipales del año 1983 y que había sido ya alcalde con el regimen anterior desde el año 1972 hasta las primeras elecciones municipales democráticas celebradas en 1979.
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