dissabte, 29 d’agost del 2015

EL CEMENTERIO CIVIL DE MI PUEBLO

"Hoy día los cementerios  ( me refiero a los públicos ) son simplemente  < cementerios municipales > . No siempre ha sido asi . Por ejemplo, veinte años atrás, cuando mandaba Franco y antes de la implantación de la  II República, en España, los cementerios eran  < cementerios católicos>.
Allí solamente tenian derecho a ser enterrados los que profesaban el catolicismo. Los protestantes, cismáticos,judíos, musulmanes y ,no digamos, los apóstatas y los ateos no podían recibir allí sepultura, por ser tierra sagrada católica. Cualquiera que no fuera católico o que siendolo muriese excomulgado  y apartado de su religión tenía vetada la sepultura. Para los no católicos  existía el < cementerio civil> .
En las ciudades y poblaciones medianas donde habitaban gente muy diversa y bastante extranjeros, la solución era fácil. A un sector  del cementerio < católico>  tras quitarle el caracter sagrado se le separaba del mismo por completo y cerrandolo con cuatro muros, quedaba convertido en < cementerio civil> . Alli podían enterrar , por citar, un ejemplo, al Dalai Lama y hasta la mismisima Reina de Inglaterra.
El problema era en los pueblos pequeños como Deià, Fornalutx,Lluc, Costix donde el 90 por no decir el 100 %  de los vecinos  y vecinas eran bautizados en el catolicismo y morían en esta religión. Alli practicamente no había ningún no católico y los que eran protestantes ( todos ellos extranjeros)  no era frecuente que en las dos primeras decadas de nuestro siglo muriesen en un pueblo mallorquín. El primer protestante que murió en mi pueblo fue en 1932. Se trataba de un lord inglés que había sido gobernador en la India. Como entonces había la República que al igual que el régimen politico actual, era aconfesional, lord Sheppard pudo recibir sepultura en el cementerio de su pueblecito de adopción mallorquina.
Pero en 1924, tuvieron que habilitar en mi pueblo, un cementerio civil. La ocasión la propició el fallecimiento de un hombre. No es que este hombre - antiguo alcalde del municipio - fuera un hereje o un ateo furibundo.  ¡ Que va!  Había sido obrero de la Cofradía de San Antonio Abad, una de las tres más importantes de su parroquia. Tampoco estaba afiliado a un partido izquierdoso y anticlerical. El difunto pertenecía al mismísimo partido conservador de don Antonio Maura o sea un partido ideológicamente del Partido Popular.
¿ Cual era pues el obstáculo a que un ex-alcalde maurista, obrero de la cofradía de San Antonio, fuera enterrado en el < cementerio católico> de su pueblecito ? Os lo diré. " Vivía en concubinato" y por lo tanto había  < muerto en pecado mortal> . Pero antes , debo aclararles en que consistía este concubinato.
El Señor Ballester - asi se llamaba el finado  < pecador >  - vivía separado de  su  esposa débil mental y tenía en su casa a una antigua maestra de escuela jubilada. Esta señora, nacida el 29 de marzo de 1854 era soltera y, por lo menos en 1924,tenía 70 años. Ya me dirán pues ustedes. Y al que no le gusta que le recuerden la historia y las cuatro verdades, paciencia.
No obstante, el párroco que había entonces - código de derecho canónico en mano -  sentenció que se trataba de un concubinato con todas las de la Ley y primero le negó los últimos sacramentos al moribundo si la antigua maestra no salía de su casa y luego prohibió toda exequia religiosa y la sepultura en lugar sagrado para el difunto.
Moría un <excomulgado> y no había en el pueblo un cementerio civil. ¿ Que hacer pues? No podían obligar a  sus familiares a llevarse su cadáver a otro pueblo como proponía el gobernador civil de la época, Martin Alcoba . La solución fue improvisar un < cementerio civil>   en el espacio reservado habitualmente , a los niños y niñas no bautizados o sea aquellos que según la doctrina antigua, su alma iba al Limbo. Solución cuya idea partió del Obispado regido entonces por un prelado mallorquín, Gabriel Llompart.
En carta dirigida al párroco, el secretario del Obispo, tras referirse que - según parece ha muerto el que convivía con la maestra >  - todo un ejemplo de caridad cristiana por descontado -  señalaba que había pedido al Señor Obispo que < permitía lo entierren en un rincón del Cementerio católico, separando dicho rincón, con un cercado y destinandolo a cementerio civil en lo sucesivo.
El 16 de abril de 1924 hubo una reunión del alcalde y concejales con el párroco, en el ayuntamiento, y se tomó el acuerdo pertinente. Hasta siete años  más tarde, el muerto no pudo descansar en la tumba de sus antepasados. El 30 de abril de 1939 moría  < la causante>  del anatema parroquial , la antigua maestra de escuela. Como a los 85 años  seguía soltera y sin compromiso, a su entierro, ironías de la vida estuvo presente el pendón de la  " Hijas de María"  y amortajado su cadáver de Purisima.
En este 1996 gracias a Dios y a la actual Constitución española, estas cosas no suceden, aunque quizá no es oro todo lo que reluce."

Publicado en el diario "Baleares" de Palma de Mallorca el 15 de abril de 1996.
El articulo tercero de la Constitución de la  segunda República española señalaba sin matiz alguno que: " El Estado no tenía religión oficial.
En 1924 gobernaba en España un directorio militar y los ayuntamientos estaban regidos por comisiones gestoras nombradas por el gobierno y cuyo presidente de las mismas hacía las funciones de alcalde.
El municipio, donde ocurrió el suceso que se relata en el articulo que aparece en este blogg, fue el municipio mallorquin de Fornalutx en la comarca de Sóller. El párroco que negó la sepultura cristiana al Sr. Ballester era un sacerdote natural él del municipio de Campos también en la isla de Mallorca  llamado Llorenç Mas Mesquida.
La maestra de escuela supuestamente causante de que el señor Ballester no recibiera cristiana sepultura se llamaba Margalida Escalas Ripoll. Se la conocía por " Sa Mestre de Ca'l Sen Lluc" . Lluc o sea Lucas era el nombre de su padre. Era natural de Fornalutx y maestra de escuela de carrera.

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